viernes, 27 de marzo de 2015

ENTREVISTA AL MAESTRO ICONÓGRAFO VLADISLAV ANDREJEV

Por P. Agustín Spezza, IVEmarzo 15, 2015Reflexiones sobre Arte Sacro

Entrevistadora Alevtina Novikova


Vladislav Andrejev, fundador de la Escuela PROSOPON

Presentamos esta hermosa entrevista que recibí traducida del inglés por gentileza de la Señora Corinne, sobre el Maestro iconógrafo de religión ortodoxa Vladislav AndreJev. Nosotros los católicos tenemos con los ortodoxos un pasado común hasta el Concilio ecuménico de Nicea del año 787, cuando todavía en la Iglesia no se habían abierto las heridas de la división. Quizá por haber padecido la Iglesia en sus orígenes la persecución iconoclásta, Oriente ha tenido el privilegio y también nos ha dado un ejemplo a Occidente en mantenerse firmes y estables en conservar la imagen sagrada que tan valientemente defendieron los santos Padres, entre varios, el último de los Padres de Oriente, San Juan Damasceno.

El Icono-El alma del hombre:

Vladislav AndreJev, fundador y director de la escuela iconológica “Prosopon” (Usa) Proveedor de la enseñanza iconológica, iconógrafo y un cristiano ortodoxo, visitó durante casi una semana Kostrom en Rusia, y parte de su estadía la dedicó a reunirse con estudiantes de arte universitarios e iconógrafos de Kostroma, y brindó clases magistrales y numerosos seminarios. La siguiente conversación tuvo lugar en el centro juvenil ortodoxo llamado “Kovcheg” (Palabra Rusa que significa arca). Ésta fue publicada el 19 de marzo de 2007 en “Línea Joven”, en Kostroma, Rusia.

Vladislav L’ vovich, ¿ Como entró el ícono en su vida?

Esto ocurrió hace mucho tiempo. Nací en San Petersburgo, entonces llamado Leningrado. Mis padres no hablaban de su fe, ya que vivíamos bajo el régimen de Stalin; pero mi abuela era creyente y por eso tuve una educación religiosa. Durante la segunda guerra mundial me fuí a vivir con ella y es ahí que aprendí las plegarias ortodoxas.

Las impresiones adquiridas durante la infancia nunca dejan de aflorar en algún momento de la vida de una persona para guiarla. Al convertirme en un artista, desarrollé mi interés por la iconografía y el arte ruso antiguo en general; y fue entonces que comenzó mi búsqueda para descubrir el modo de unir el arte y la religión.

¿Cómo terminó yendo a América?

Esto ocurrió cuando yo ya tenía una familia. No quería que mi hijo recibiera una educación soviética atea. Y en realidad yo mismo ni siquiera había sido un pionero (NotaTraductor: Pionero, Un niño después de los 9 años debía pertenecer a esta organización caracterizada por sus uniformes y el cultivo del pensamiento comunista ateo). Además, toda dedicación o especialización en iconografía en esos tiempos, eran terriblemente problemáticos). Entonces comenzamos a buscar el modo de salir de todo eso, dejando Rusia en el año 1979.

¿Fue entonces que empezó a enseñar iconografía?

Esto tiene su propia historia. Yo era un principiante en la escritura de íconos y nunca había pensado en la posibilidad de enseñar. Mientras tanto, la Escuela de Artes Sagradas de la Ciudad de Nueva York, estaba buscando un especialista Ruso que fuera cristiano ortodoxo, (aparentemente un americano no era suficientemente auténtico para ellos). Esta escuela ofrecía una enorme variedad de clases sobre estilos originales de diferentes culturas como por ejemplo, paisajes chinos, caligrafía japonesa, arte de la India, etcétera; y por entonces el interés por el ícono ortodoxo había crecido. El director de la escuela, buscando el especialista apropiado, visitó una iglesia ortodoxa, preguntó si conocían a algún iconógrafo y estos le dieron mi número de teléfono. En un primer momento aproveché mi escasa experiencia y mi pobre inglés como excusas, pero después accedí a comenzar a enseñar.

¿Quiénes fueron sus alumnos?

Eran americanos de diferentes edades, profesiones y confesiones.


Pantocrator

¿Para ellos era solo una experiencia exótica?

Definitivamente, no era solo algo exótico. Es costumbre en América tomar clases y por eso durante las vacaciones, la gente no se queda sentada en sus casas mirando la televisión sino que participan de nuevas actividades, como tocar la guitarra, hacer cerámica, aprender yoga. Entre estos alumnos, por ejemplo había una en particular que era una monja católica. Algunos monasterios y órdenes religiosas tienen por costumbre cada 7 años conceder un año sabático a uno de sus monásticos para que lo viva del modo que deseé. Fue así que esta monja se interesó por el icono ortodoxo a pesar de que algunos de mis estudiantes profesaban la fe ortodoxa.

Siendo la iconografía una esfera tan seria, ¿puede ser la curiosidad su único interés?

Venimos a la fe desde la Tierra y no desde el Cielo, del mismo modo que comenzamos a ir a la Iglesia desde la Tierra y por eso muchas veces no entendemos nada; y si fuéramos echados de la Iglesia por ser proclamados indignos, seguramente no volveríamos ahí jamás. Lo mismo sucede con el ícono: no es una especia de tesoro escondido aislada para la gente, o una Tradición invalorable que necesita ser preservada y transmitida solo a unos elegidos. En mi opinión, el estudio de íconos es una forma de evangelización, una manera de familiarizarse con la cultura ortodoxa. Lo que me gusta particularmente de los americanos es la ausencia de la actitud crítica: sabiendo que su maestro es un ortodoxo ruso, no suscitan ningún debate que tenga que ver con la fe. Estando ahí para aprender, escuchan atentamente y se aplican al estudio de esta nueva Tradición.

Usted ha dicho que comenzó a enseñar con muy poca experiencia en el arte. ¿Cómo desarrollo su conocimiento acerca de la escritura de íconos?

Es difícil contestar. Si digo que fue a través de “revelaciones”, podría ser juzgado como falta de modestia; y si digo, “por estudio”, lo más probable es que tampoco satisfaga mi respuesta. Por supuesto que leo libros, las obras de los Padres de la Iglesia; sin embargo lo que más ha contribuido a mi crecimiento, es aquello que la práctica de la escritura de íconos misma, revela: que uno comienza a entender el lenguaje de los símbolos.

¿Cuándo comenzó a pensar en la idea de crear su propia escuela para pintar íconos?

Una escuela semejante había abierto justo al lado de la escuela de Artes Sagradas, provocando mucha competencia, y a causa de esto, la nuestra tuvo que ser cerrada. Fue entonces que decidí organizar mis propias clases. La mayoría de mis alumnos permanecieron conmigo y otros nuevos se sumaron. Entonces otros Estados comenzaron a invitarme, y fue así que la escuela iconológica “Prosopon”, comenzó a existir, conectándose en forma gradual con otras ciudades. Hoy estas ramas operan en algunas ciudades europeas y he estado enseñando a mis alumnos en Rusia durante los últimos 7 años.

Si generalizáramos: ¿podríamos decir que la juventud norteamericana es más religiosa que la rusa?

No es tan sencillo ahí, en los Estados Unidos. Por supuesto que hay muchos creyentes, los ortodoxos, los católicos y los protestantes, pero también hay una multitud de no-denominadas sectas y más aún, jóvenes partidarios. Cada persona elije lo que tiene más cerca. Nada es oculto y nada es criticado. En América, hay un creciente interés en la fe ortodoxa, la iconografía y la cultura Rusa en general. Las estaciones de radio públicas frecuentemente transmiten música clásica Rusa, no solo de Tchaikovsky sino también a Mussorgsky, Balakirev y otros. Hasta nuestros estudiantes de iconografía traen muchas veces grabaciones de cantos de la iglesia ortodoxa a los talleres, cuando quizás solo hay un alumno ortodoxo en ella.

¿Tiene que adaptar su enseñanza al tipo de audiencia?

La enseñanza es la misma para todos. La única diferencia está en la profundidad del tema. Nuestra predica es principalmente sobre el ícono y esta permite que los alumnos decidan por ellos mismos. ¿Qué valor tiene esta enseñanza para ellos? Es realmente muy valiosa para muchos y por Gracia de Dios, unos cuantos alumnos míos encontraron o retornaron a la fe cristiana, algunos de los cuales abrazaron la fe ortodoxa. Aún hoy me opongo a toda “presión” dogmática con mi fe. Yo sólo hablo y la gente elige por ella misma. Una vez, tuve una estudiante no-cristiana proveniente de una familia académica involucrada en el campo de la ciencia. Ella se había graduado en una escuela de arte y había venido para aprender la técnica de huevo al temple. Después de un tiempo, me dijo: “Bendígame, quiero ser bautizada”. Ella aceptó la fe ortodoxa y después se convirtió en maestra de nuestra escuela, y ha ejercido durante los últimos diez años.

¿Qué es un ícono verdadero? Las imágenes impresas de los santos sobre el papel ¿son también íconos?

Esta es una pregunta complicada porque a veces uno, sin quererlo puede herir los sentimientos de aquellos que atesoran tarjetas con representaciones bíblicas, pertenecientes a sus abuelos o a otros familiares. En estos casos yo no afirmaría: “estos no son íconos”. Sin embargo, el problema radica en que algunas cosas están más cerca de la verdad mientras que otras, están más lejos. El ícono verdadero es como el Evangelio. No se oye que en las iglesias se adopte una versión simplificada como aquellas escritas para niños, en lugar del verdadero Evangelio. Observamos que no todo el mundo lee a San Gregorio el Teólogo, sin embargo también hay libros para principiantes. No es que estos libros no deberían existir sino que simplemente no alcanzan para conocer la verdad.

¿Cuándo una persona se para frente a un objeto sagrado famoso y su alma no se siente tocada por ella , ¿es por culpa suya?

Quizás no esté suficientemente preparada, o quizás hay algo que aún no se le revela desde los Cielos y su empeño espiritual está aún por ser descubierto. Quien sabe, quizás se deba culpar a su ambigüedad: por un lado se muestra deseando la verdad, pero por otro, aún no puede soltar las cosas que interfieren con esta adquisición. Sin embargo, es muy importante saber que el ícono verdadero escrito de acuerdo a los cánones litúrgicos, expresa la esencia del hombre mismo. El ícono creado por un humano justifica el hecho de que es una expresión paralela a lo que se dice en la Biblia: El hombre, él mismo, de acuerdo a la Imagen y Semejanza de Dios, es un ícono.

El ícono, es el alma del hombre reflejando la Presencia de Dios. Por lo tanto, no lo adoramos como si fuera un ídolo, sino que lo tenemos como un recordatorio de que el hombre es una imagen de Dios.

¿Puede un hombre no creyente escribir un ícono?

¿Hay gente que no cree? No conozco a nadie. Hay algunos que han opacado su fe o tratan de no pensar en ella. Todas las personas son iguales en esencia, que es el alma. Uno puede esconder su cabeza en la arena como un avestruz, pero si se le muestra que la imagen de Dios está en él, se convertirá en un creyente.

Sintéticamente, por favor describa su método de escritura de íconos a través de los 21 pasos.

En la realidad, es un llamado para el ícono litúrgico sincero, y el método proporciona un abordaje al manejo de la escritura de íconos en forma comprensiva, gradual y secuencial.

Cada 7 pasos representa una etapa del proceso. Por ejemplo, la primera etapa es la preparación de la tabla. El aspecto práctico de esta, es que no todos los tipos de madera son convenientes, sin embargo, la tabla también tiene un significado místico: es el símbolo del Árbol de la vida. La parte central ahuecada de la tabla simboliza el lugar paradisíaco. Por lo tanto, la tabla es un Leitmotif de todo el proceso de escritura del icono.

Todo el trabajo representa el recuerdo del Paraíso y nuestro retorno a él. No lo hemos perdido, ya que el alma aún está en nosotros. En realidad lo que tenemos ahora, es la oportunidad de abrirla nuevamente, pasando por el pantano de nuestra incomprensión y pecado. Hasta la aplicación del barro sobre el gesso y a su tiempo la hoja de oro sobre la arcilla tienen un significado simbólico: la arcilla es símbolo de lo material y el oro es símbolo de lo espiritual. La unión de estos dos es la que forma la naturaleza del hombre.

La etapa central de la escritura del ícono se vincula con la luz y su transición para llegar a comprender la luz interior. Cada etapa tiene su propio trabajo y preguntas relacionadas tanto con el ícono como con el iconógrafo y todo aparece como si estuviera sucediendo en su misma alma.

La última etapa, es la aplicación de la luz dadora de vida, ozhivki. Esta simboliza la luz increada que nunca muere.

Algunas personas dicen que antes de escribir un ícono es necesario prepararse: ayunar y orar.

Se sabe que una persona nunca está totalmente lista. Un iconógrafo sabe que es un pecador y esto constituye su preparación más importante. Él se sienta con este pensamiento: “Señor, ayúdame porque soy un pecador”. Porque si uno dejara abruptamente de comer, si dejara de dormir y se obsesionara con este pensamiento, entonces sus manos comenzarían a temblar. Primero y principal, uno debe descubrir en sí mismo el deseo honesto de que el ícono se abra para él.

¿Son las mujeres iconógrafas un legado del siglo XX?

Se podría decir que sí. En el extranjero el 90% de nuestros estudiantes son mujeres. Sin embargo, hay muchas aquí también en Rusia y quizás esto no sea accidental. La iconología es un discurso acerca del ícono y el ícono es vida. Después de todo, es natural para las mujeres hablar acerca de la vida.

Esta es su primera visita a Kostroma ¿cuál es su impresión?

Son impresiones positivas. Es una ciudad interesante con una historia firme y pienso que también con una buena mirada hacia su futuro crecimiento cultural.

El centro de jóvenes, como su “Kovcheg” es una rareza y espero que Dios los ayude a sostener este proyecto. Las iglesias antiguas aquí son de una insuperable belleza y si las ponemos en paralelo con la idea del ícono, estos también deberían estar en concordancia con su dignidad, como un templo.



Artículo tomado de la revista del “Journal of the Prosopon School of Iconology”

Edición n°7, 2008.

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