AMDG
“LA FE ES UNA LLAMA QUE SE HACE MÁS VIVA CUANTO MÁS SE
COMPARTE” Papa Francisco
“-¿Qué vas a hacer por el día del Estudiante?
-¡Me voy a un campamento en Tupungato!”
Esta respuesta suele sorprender
bastante en ciertos ambientes de nuestra vida cotidiana, muchos jóvenes que nos
rodean planean actividades totalmente diferentes a las que nosotros les
presentamos y jamás hubieran pensado en
pasar el Día del Estudiante con una mochila al hombro trepando un cerro,
desarrollando sus habilidades deportivas, o quedar mudos de tanto alentar a su
equipo, ya que nunca se les dio la opción …y a veces nos parece que somos los
únicos extraterrestres que preferimos abandonar la comodidad de nuestro hogar
para dormir en el piso con tal de divertirnos sanamente; sin embargo, del 18 al
21 de septiembre del año 2014, casi 400 jóvenes nos reunimos en Tupungato con
ese objetivo.
Como dijo Marcelo Morsella: “Es mentira infame de los que no quieren
una Argentina Católica, que la juventud esté perdida o que la gente lo único
que le importa es ella misma. La gente tiene sed de Dios y eso nunca dejará de
ser así, porque así lo dispuso Dios y Él se ríe de los que pretenden hacerlo
desaparecer”.
Y Él no se oculta a aquel que lo
busca sinceramente y de corazón. Y en estos cuatro días de campamento Dios hizo
derramar sus gracias “al por mayor”, una vez más pudimos comprobar que Dios no
se deja ganar en generosidad, ¡no se deja ganar!
Qué consuelo para el alma y
alegría para Dios ver tantos jóvenes que dócilmente reciben los regalos que
Dios les da, ¡cuántas Confesiones que devolvieron la amistad con Aquel que nos
redimió! ¡Cuántas Comuniones! ¡Cuántas visitas a Jesús en el Sagrario, qué
alivio para el Corazón de Cristo! Y también,
¡cuántos buenos amigos hemos hecho! Infinitas gracias que no alcanzamos a
nombrar…Qué generoso es Dios.
“A medida que vas encontrando a Dios te vas encontrando a vos mismo”. Y
cuántas veces nos sorprendemos de nuestras habilidades recién descubiertas y
salimos a contárselo a medio mundo: “Che, ¡me bañé en 3 minutos!”, o después de
jugar a la carrera con obstáculos: “nunca lo había hecho, pero pude enhebrar la
aguja”, o descubrir que al final no soy tan inútil para jugar al vóley. Esas cosas van ennobleciendo el alma del joven
y junto con la contemplación de la creación nos van elevando la mirada cada vez
más hasta encontrar al Mismo Creador.
Este año hubo cuatro equipos con
cuatro patronos, todos ellos fueron
Cristeros:
-Joaquín Silva;
-José Valencia;
-José Sánchez del Río, y
-Anacleto González Flores
Era realmente emocionante celebrar
los triunfos del equipo y alentarlo en todo momento, con cada punto, en cada
competencia, dando lo mejor de cada uno, todo el equipo unido como si cada
miembro se conociera de toda la vida, inventando hinchadas; pero lo más
importante: haciendo todo para que Él reine.
Y como broche de oro del campamento y del esfuerzo se realizan las
salidas a la montaña. Todos los jóvenes se lanzan a conquistar una cumbre, VERSO L`ALTO! como premio al esfuerzo
realizado encuentran en la cima la Fuente Abundante de la Santa Misa. Eso es
majestuoso, noble, misterioso; ¡cómo el Dueño de la Creación se eleva sobre las
criaturas por manos del sacerdote!
Esa noche nadie nota si la cama es
dura; luego de gritar y cantar durante un buen rato por ser la última noche,
todos caen rendidos por el cansancio.
El campamento acaba el día domingo
después de la Santa Misa de cierre y la esperada entrega de premios, después de
eso y de la choripaneada sólo se
escucha retumbando en cada rincón un himno cantado a una sola voz: “¡NO NOS
VAMOS NADA, QUE NOS SAQUEN A PATADAS!”
Después de esto, regresamos a la
lucha diaria, pero con nuevas fuerzas para luchar por Cristo y Su Iglesia.
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen!
¡Vivan los jóvenes católicos!
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