viernes, 26 de septiembre de 2014

Campamento de Estudiantes 2014

AMDG
“LA FE ES UNA LLAMA QUE SE HACE MÁS VIVA CUANTO MÁS SE COMPARTE” Papa Francisco

“-¿Qué vas a hacer por el  día del Estudiante?
-¡Me voy a un campamento en Tupungato!”
Esta respuesta suele sorprender bastante en ciertos ambientes de nuestra vida cotidiana, muchos jóvenes que nos rodean planean actividades totalmente diferentes a las que nosotros les presentamos y jamás hubieran  pensado en pasar el Día del Estudiante con una mochila al hombro trepando un cerro, desarrollando sus habilidades deportivas, o quedar mudos de tanto alentar a su equipo, ya que nunca se les dio la opción …y a veces nos parece que somos los únicos extraterrestres que preferimos abandonar la comodidad de nuestro hogar para dormir en el piso con tal de divertirnos sanamente; sin embargo, del 18 al 21 de septiembre del año 2014, casi 400 jóvenes nos reunimos en Tupungato con ese objetivo.
Como dijo Marcelo Morsella: “Es mentira infame de los que no quieren una Argentina Católica, que la juventud esté perdida o que la gente lo único que le importa es ella misma. La gente tiene sed de Dios y eso nunca dejará de ser así, porque así lo dispuso Dios y Él se ríe de los que pretenden hacerlo desaparecer”.

Y Él no se oculta a aquel que lo busca sinceramente y de corazón.  Y en  estos cuatro días de campamento Dios hizo derramar sus gracias “al por mayor”, una vez más pudimos comprobar que Dios no se deja ganar en generosidad, ¡no se deja ganar!
Qué consuelo para el alma y alegría para Dios ver tantos jóvenes que dócilmente reciben los regalos que Dios les da, ¡cuántas Confesiones que devolvieron la amistad con Aquel que nos redimió! ¡Cuántas Comuniones! ¡Cuántas visitas a Jesús en el Sagrario, qué alivio para el Corazón de Cristo!  Y también, ¡cuántos buenos amigos hemos hecho! Infinitas gracias que no alcanzamos a nombrar…Qué generoso es Dios.


“A medida que vas encontrando a Dios te vas encontrando a vos mismo”. Y cuántas veces nos sorprendemos de nuestras habilidades recién descubiertas y salimos a contárselo a medio mundo: “Che, ¡me bañé en 3 minutos!”, o después de jugar a la carrera con obstáculos: “nunca lo había hecho, pero pude enhebrar la aguja”, o descubrir que al final no soy tan inútil para jugar al vóley.  Esas cosas van ennobleciendo el alma del joven y junto con la contemplación de la creación nos van elevando la mirada cada vez más hasta encontrar al Mismo Creador.
Este año hubo cuatro equipos con cuatro patronos, todos ellos  fueron Cristeros:
-Joaquín Silva;
-José Valencia;
-José Sánchez del Río, y
-Anacleto González Flores





Era realmente emocionante celebrar los triunfos del equipo y alentarlo en todo momento, con cada punto, en cada competencia, dando lo mejor de cada uno, todo el equipo unido como si cada miembro se conociera de toda la vida, inventando hinchadas; pero lo más importante: haciendo todo para que Él reine.
Y como broche de oro del  campamento y del esfuerzo se realizan las salidas a la montaña. Todos los jóvenes se lanzan a conquistar una cumbre, VERSO L`ALTO! como premio al esfuerzo realizado encuentran en la cima la Fuente Abundante de la Santa Misa. Eso es majestuoso, noble, misterioso; ¡cómo el Dueño de la Creación se eleva sobre las criaturas por manos del sacerdote!




Esa noche nadie nota si la cama es dura; luego de gritar y cantar durante un buen rato por ser la última noche, todos caen rendidos por el cansancio.
El campamento acaba el día domingo después de la Santa Misa de cierre y la esperada entrega de premios, después de eso y de la choripaneada sólo se escucha retumbando en cada rincón un himno cantado a una sola voz: “¡NO NOS VAMOS NADA, QUE NOS SAQUEN A PATADAS!”
Después de esto, regresamos a la lucha diaria, pero con nuevas fuerzas para luchar por Cristo y Su Iglesia.


¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen! ¡Vivan los jóvenes católicos!

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