
No es fácil hacer un día de picnic en medio de una guerra! Pero si existe la posibilidad de concretarlo, se convierte en una ocasión única que no se puede dejar pasar: aprovechando para descansar, para cambiar de actividad, para disfrutar un momento entre amigos, practicar algún deporte… Gracias a la acogida del P. Eduardo, sacerdote franciscano que nos facilitó el predio de Terra Santa, gozamos de un día totalmente atípico junto a nuestros jóvenes.
Terra Santa,el predio donde se encuentra el convento franciscano de Alepo fue en un tiempo el centro de reunión de las familias cristianas, especialmente en verano: había allí espacio y juegos para los niños, canchas para practicar diversos deportes, se proyectaban filmes para las familias y hasta tenía una pileta de natación. Cada tarde acudían allí familias enteras a compartir un momento de descanso y recreación.


Con la guerra, la zona donde se encuentra el predio quedó situada en un lugar peligroso y hasta hace un tiempo atrás no era posible llegar allí. Pero en estas semanas, aprovechando la calma en ese lugar concretamos una salida con nuestros jóvenes. A pesar de que la distancia que separa Terra Santa de nuestra casa es muy poca, había jóvenes que debido a la situación que vivimos aquí por más de tres años no habían vuelto.

Comenzamos y terminamos la salida con la oración. Dios nos regaló un hermoso día que disfrutamos en pleno: deportes, diversos juegos, aire libre, un rato de cantos tradicionales sirios… Los jóvenes contentos y agradecidos recobraron ánimos para iniciar la segunda parte del año universitario.
M. María de Nazaret
Alepo, Siria
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