lunes, 15 de diciembre de 2014

“A Cristo por María”

El sábado 29 de noviembre realizamos, como todos los años, la procesión de Nuestra Señora de los jóvenes, como cierre del oratorio “Pier Giorgo Frassatti”.

No hay mejor modo de cerrar un gran año de trabajos y juegos, que agradeciendo a nuestra Madre del Cielo por todos los beneficios recibidos, aclamándola con rezos y hermosos cantos.
Dado que la imagen de la Virgen de los Jóvenes pertenece al Aspirantado, es tradición que la procesión comience desde allí, preparada y organizada por las mismas aspirantes.
Para nosotras es hermoso elogiar a nuestra querida Madre que siempre ha sido, es y será refugio y protección de nuestra vocación, como aspirantes y de nuestra pureza de cuerpo y alma, como jóvenes. Como muestra de nuestro agradecimiento por los beneficios recibidos por su intercesión y por su amparo maternal, cada año le bordamos un hermoso manto y la hermana María de los jóvenes le hace el vestido, de modo que en cada procesión la Virgen estrena un nuevo atuendo, cargado con nuestras intenciones y gratitudes.
El mismo sábado a la mañana estábamos todas con los preparativos para la peregrinación. Algunas adornaron el anda con hermosas flores, otras repartían estampitas, cada una tenía un oficio y así hicimos posible esta gran fiesta para nuestra Madre. También éste es un modo de difundir esta devoción tan querida por nosotras, para que los demás jóvenes se hagan devotos de ella y la tomen como protectora, guía y ejemplo.
La procesión comenzó a las 16:30 hs., con todos los niños del oratorio. La encabezaba el anda de la Virgen guiándonos a todos, mostrándonos que ella es guía en este valle de lágrimas y que si la seguimos con total confianza llegaremos a nuestro destino, que es la vida eterna, sin que nada nos lo impida. Durante toda la procesión fuimos rezando el Santo Rosario, arma invencible de todo cristiano con la cual venceremos siempre al enemigo y meditando los misterios gozosos, preparándonos así para comenzar el tiempo de Adviento disponiéndonos a conmemorar la venida del Mesías, que nos orienta a esperar la segunda venida de Cristo.
La procesión concluyó en el Seminario Mayor “María Madre del Verbo Encarnado”, en donde tiene lugar el oratorio. Allí se celebró la Santa Misa, con la participación de los niños como monaguillos. Fue realmente hermoso ver que los más pequeños se preocupen porque el Hijo de su querida Virgencita tenga una Liturgia adecuada, embellecida con los cantos del coro y con las humildes oraciones de los niños que es la que más agrada a Dios. Cabe destacar que luego de la Santa Misa todos se acercaron a saludar y a besar el manto de María Santísima como muestra del amor de cada uno y en acción de gracias por el año transcurrido.
Al acabar la celebración tuvimos una pequeña merienda y para concluir, los niños del oratorio representaron un pesebre viviente, anticipándonos así a bien vivir los misterios de la Navidad.
Fue verdaderamente edificante ver a los niños esforzándose por caminar para agradar a la Virgencita, rezando y pidiendo gracias con humildad y confianza. Pero, no solo ellos sino también nosotros los jóvenes debimos hacer un esfuerzo, ofreciendo y dedicando todo a Ella, que sin duda se lo merecía. Recibimos un gran ejemplo por parte de todos y aprendimos que nuestra oración debe ser como la de los niños, humilde y con total confianza, ya que Cristo mismo dice que para entrar en el reino de los cielos debemos hacernos como ellos.
Por eso María Santísima te pedimos que nosotros los jóvenes seamos siempre magnánimos y con ideales nobles para que podamos hacer un futuro que tenga como centro de todas las cosas a Dios. Que tomándola por guía y modelo de virtudes, la sea ejemplo para convertirnos en jóvenes de carácter, siempre dispuestos a defender y a dar la vida por Cristo.
¡Y qué mejor modelo que la Virgen Santísima, siempre joven y de alma grande!

Aspirante María José Rossi.

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