domingo, 20 de diciembre de 2015

Los “Pequeños Cristeros” de Chicago

misionesIVE diciembre 16, 2015 Uncategorized


Quiero compartir con ustedes un episodio en la historia de nuestra parroquia que tenemos aquí en Chicago, que me parece puede ayudar a entender y enfrentar mejor, la actual persecución contra los cristianos.


Fotos recientes de nuestra parroquia, San Francisco de Asís. Santa Misa de primeras comuniones.

Nuestra iglesia, San Francisco de Asís, fue dedicada en 1853, por el segundo obispo deChicago. En su origen, su feligresía estuvo compuesta por una comunidad de inmigrantes alemanes, con el paso de los años paso a ser una comunidad de italianos, y luego, de mexicanos. En las últimas décadas, la comunidad parroquial de mayoría mexicana, ha sido enriquecida con hispanos de otras varias nacionalidades, mayormente ecuatorianos, y ahora en el último tiempo, un argentino y un chileno, el Padre Walter Mallo, párroco, y quién escribe esta crónica.

El 20 de noviembre de 1994, cuando los feligreses de nuestra parroquia eran alrededor de cuatro mil, nuestra parroquia fue cerrada. Fue una decisión en la que se pensó más en las finanzas de la diócesis, que en el bien de los feligreses de San Francisco. Se llegó incluso a tener las grúas en las puertas para derrumbarla.


La grúa para derrumbar la iglesia, y algunos parroquianos viviendo adentro de la iglesia, para que no la derrumben.

Pero gracias a la fortaleza, y oración perseverante de los parroquianos, en especial de un grupo de ellos que permanecieron haciendo turnos las 24 horas del día dentro de la iglesia por varios meses, el Arzobispo de Chicago decidió no cerrar nuestra parroquia, que volvió a funcionar desde 1996 hasta la fecha.

La Santa Misa con la iglesia repleta al ser abierta de nuevo después de dos años.

Aunque el cierre de nuestra parroquia no sucedió por odio contra la fe, esto me hizo reflexionar en que muchos de nuestros fieles tienen antepasados que fueron cristeros. Recordemos que en México, en el año 1926 el gobierno socialista ateo del presidente mexicano Plutarco Calles comenzó una feroz persecución contra la Iglesia Católica, las iglesias eran cerradas y los sacerdotes asesinados. Los cristeros, fueron los miles de cristianos mexicanos que lucharon por defender su libertad religiosa. Se estima que unos 25.000 Cristeros perdieron la vida durante los tres años que duró esta guerra.

Santa Misa de campaña en campamento Cristero, el 12 de diciembre de 1928, en Coalcomán, México. Y dos sacerdotes fusilados por odio a la fe, el Padre Miguel Agustín Pro fue beatificado por San Juan Pablo II, el 25 de septiembre de 1988.



En la actualidad la persecución a los cristianos ha aumentado a tal punto, que el Santo Padre Francisco ha dicho, “…hoy hay más mártires que en los primeros tiempos de la Iglesia…”[1].

Hoy no hay paz en el mundo, porque el mundo ha sido sordo a las palabras que Nuestra Stma. Madre nos dijo en Fátima en 1917, “Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón…vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora de los Primeros Sábados. Si se atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia”[2].

Rusia fue la primera nación donde se estableció el Comunismo Ateo, el 7 de noviembre de 1917. Actualmente, Rusia ha esparcido sus errores por todo el mundo, sobre todo el ateísmo práctico, de quienes viven como si Dios no existiera. El ateísmo ha traído como consecuencia la apostasía, una sociedad mundial que ha renegado de la fe católica, y que impone leyes opuestas a la ley de Dios, legalizando el aborto, las uniones de mismo sexo, etc.

Una sociedad mundial anti-cristiana, lleva inevitablemente a la persecución de los cristianos. Tan sólo en Iraq y Siria, se calcula que en la última década 1 millón y medio de cristianos han tenido que abandonar sus países, y según la agencia de noticias, World Watch Monitor, solo en el año 2014, hubo por lo menos 4334 cristianos asesinados en el mundo. En abril de este año el Santo Padre Francisco refiriéndose a esto decía, “Hoy la Iglesia es Iglesia de mártires. Y entre ellos están nuestros hermanos degollados en la playa de Libia; el joven quemado vivo por sus compañeros por ser cristiano; pensemos en aquellos emigrantes que en alta mar fueron arrojados por la borda por los otros porque eran cristianos”, y también, añadió, “en muchos otros que no conocemos, que sufren en las cárceles por ser cristianos”[3].

Miles de familias cristianas abandonando Iraq y Siria para salvar sus vidas. La decapitación de 21 egipcios cristianos coptos en Libia, que perseveraron rezando hasta la muerte.

El Catecismo de la Iglesia dice que “El martirio es el supremo testimonio de la verdad de la fe; designa un testimonio que llega hasta la muerte”[4]. El término “mártir” tiene su raíz en el término griego “martus” que significa “testigo”, aquél que da testimonio. No todos estamos llamados a dar testimonio hasta el derramamiento de la sangre, pero si todos estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe vivida fielmente cada día hasta la hora de nuestra muerte.

San Juan Pablo II reflexionaba, “Si el martirio es el testimonio culminante de la verdad moral, al que relativamente pocos son llamados, existe, no obstante, un testimonio de coherencia que todos los cristianos deben estar dispuestos a dar cada día, incluso a costa de sufrimientos y de grandes sacrificios. En efecto, ante las múltiples dificultades, que incluso en las circunstancias más ordinarias puede exigir la fidelidad al orden moral, el cristiano, implorando con su oración la gracia de Dios, está llamado a una entrega a veces heroica… La voz de la conciencia ha recordado siempre sin ambigüedad que hay verdades y valores morales por los cuales se debe estar dispuestos a dar incluso la vida”[5].

Tenemos el ejemplo de miles de cristianos que supieron dar la vida; son los mártires que prefirieron morir antes que renegar de la fe y pecar, por nombrar algunos; San Pedro y San Pablo, Santo Tomás Moro, el beato Miguel Agustín Pro y San José Sánchez del Río que son mártires cristeros. Desde Nuestro Señor Jesucristo, los cristianos hemos sido siempre perseguidos, pero Orígenes dice[6] que en el último tiempo antes de la Segunda Venida, los cristianos sufrirán más persecución que nunca antes, no sólo en algunos lugares, sino en todo el mundo. Hoy, progresivamente se va prohibiendo tener un crucifijo en los sitios públicos y en las escuelas, tener clases de religión, o rezar públicamente en una procesión, etc.

Ante estas reflexiones, creo que conviene hacernos algunas preguntas, ¿Estamos dispuestos a dar la vida si nos tocara enfrentar la persecución anticristiana que cada día se propaga más, estamos dando testimonio de nuestra fe vivida fielmente cada día, como hacemos para que nuestra evangelización de la cultura sea eficaz en un mundo anti-cristiano?

¡El secreto es María! , ¡Ella es la respuesta a todas estas interrogantes!

Como dice San Luis María Grignion de Montfort, “si el conocimiento y reinado de Jesucristo han de dilatarse en el mundo como ciertamente sucederá, esto acontecerá como consecuencia necesaria del conocimiento y reinado de la Santísima Virgen”[7], y no hay mejor modo de hacer que la Stma. Virgen sea conocida y que reine en las almas, que viviendo y propagando la consagración a Ella según San Luis María.


San Luis María Grignion de Montfort, autor del tratado de la verdadera devoción a la Stma. Virgen, y San Juan Pablo II mostrando su gran devoción por Nuestra Señora de Fátima.

Además, esta consagración está íntimamente unida al Mensaje de Fátima, ya que justamente en éste, Ella nos dijo, “Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón”[8], y nuevamente afirmo, que no hay mejor modo de hacer esto, que viviendo y propagando la consagración a la Stma. Virgen según San Luis María.

El Padre Carlos Buela, nuestro fundador ha escrito; “Estoy convencido de que sin Fátima es imposible comprender el siglo XX. Siguiendo las huellas de Juan Pablo II, creo conveniente que hagamos nuestro el mensaje de Fátima”[9], y refiriéndose a la Stma. Virgen escribió, “Es Madre y Maestra de vida cristiana, que en un mundo dominado por el consumismo, el permisivismo y el hedonismo, enseña el valor insustituible de la oración, de la penitencia y el sacrificio, de la reparación y la expiación”[10].

Recientemente, el Santo Padre Francisco en una homilía decía, “hoy hay guerra por doquier, hay odio…también hoy Jesús llora…”[11], y ¿Cuántas lágrimas ha derramado la Stma. Virgen?, por esto Ella nos ha pedido en Fátima, “No ofendan más a Dios, Nuestro Señor, que ya está muy ofendido”[12], “Rezad el Rosario todos los días para obtener la paz del mundo”[13], y “Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores; que van muchas almas al infierno, porque no hay quien se sacrifique y pida por ellas”[14].

Así también, el Padre Carlos Buela, escribió, “La oración unida al sacrificio tiene más fuerza que…las bombas nucleares”[15]. Pensemos, por ejemplo, en la conversión de San Agustín, mediante la oración y lágrimas de su madre Santa Mónica. Hoy son tantos los que están viviendo en pecado, en nuestras familias, y en el mundo. ¡Si rezamos con fe viva, uniendo a esto el sacrificio, verdaderos milagros podremos obtener mediante la intercesión de la Stma. Virgen María!

Pero incluso en éstas, nuestras mejores acciones, oraciones y sacrificios, se desliza aun imperceptiblemente la mancha de nuestro egoísmo, apego y amor propio, afirma San Luis María. En cambio, por esta devoción, al entregarle todas nuestras buenas obras a la Stma. Virgen, Ella “las purifica de toda mancha de egoísmo”[16]. Y dice San Luis María, “…quien por su propia cuenta, ofrece algo a Jesús, debe recordar que El examina lo que se ofrece, y muchas veces, lo rechaza por hallarlo manchado de egoísmo”[17].

San Luis María escribió, “…al fin de los tiempos, y tal vez más pronto de lo que se piensa, suscitará Dios grandes hombres llenos del Espíritu Santo y del espíritu de María por los cuales esta Divina Soberana hará grandes maravillas en la tierra para destruir en ella el pecado y establecer el reinado de Jesucristo su Hijo sobre el corrompido mundo…”[18].

“No selles las palabras proféticas de este libro, porque el Tiempo está cerca. Que el injusto siga cometiendo injusticias y el manchado siga manchándose; que el justo siga practicando la justicia y el santo siga santificándose. Mira, vengo pronto y traigo mi recompensa conmigo para pagar a cada uno según su trabajo” (Apoc 22, 10-12).

¡Establecer el reinado de Jesucristo sobre este mundo!, para eso el esfuerzo por evangelizar la cultura, y así acabar con el reinado de la cultura de la muerte con abortos, guerras, terrorismo, drogas, pornografía, mentira y corrupción. En cambio, como reza el prefacio de la Misa de Jesucristo Rey del universo, vendrá “el reino eterno y universal, reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz”[19].

Para establecer el reinado de Jesucristo sobre este mundo, el secreto es vivir a pleno la consagración a la Stma. Virgen según San Luis María, esa entrega total a la Santísima Virgen, para pertenecer, por medio de Ella, totalmente a Jesucristo. Dice San Luis María, que no hay devoción que, “te libere más de ti mismo y de tu egoísmo, te conserve más fácilmente en gracia de Dios…que te una más perfecta y fácilmente a Jesucristo y sea más gloriosa para Dios, más santificadora para ti mismo y más útil para el prójimo”[20].

El vivir la consagración a la Stma. Virgen nos llevará a evitar el pecado, cumplir los mandamientos y nuestros deberes de estado, acrecentará nuestro amor por Dios en la Sagrada Eucaristía, y por la oración y penitencia, y nos llevará a santificarnos, que es justamente donde debe comenzar el reinado de Jesucristo, en cada uno de nosotros. ¡En cada santo en la tierra, N.S. Jesucristo y Nuestra Stma. Madre han reinado y reinan!

Así, aunque estemos muy lejos del ejemplo heroico de los cristeros mexicanos que dieron testimonio de su fe vivida fielmente hasta la muerte, estoy seguro que viviendo fielmente la consagración a la Stma. Virgen y con la gracia de Dios, podremos ser como los “pequeños cristeros” de Chicago, América, Europa, o donde sea que Dios nos pida vivir, dando testimonio de nuestra fe, dispuestos a dar la vida por ella, y que “se manifiesta en el testimonio alegre y convencido ante el mundo de una vida cristiana coherente allí donde el Señor nos llama a anunciarlo”[21], como escribió el Santo Padre Emérito Benedicto XVI, en su Exhortación Apostólica «Sacramentum Caritatis».

Finalmente, termino con estas palabras de San Luis María, “No es muy difícil…abrazar esta devoción y rezar diariamente algunas oraciones prescritas; lo difícil es entrar en el espíritu de ella, que es hacer que el alma en su interior dependa y sea esclava de la Santísima Virgen y de Jesús por Ella”[22].

Pidámosle a la Nuestra Stma. Madre Virgen María, la gracia de entrar en el espíritu de esta consagración a Ella, de vivirla y profundizarla cada día, tratando de ser santos cada día, y podamos así apresurar el Triunfo de su Inmaculado Corazón, que traerá el Reinado de N.S. Jesucristo en cada uno de nosotros, y en el mundo entero.

¡Ven Señor Jesús, mediante la poderosa intercesión del Inmaculado Corazón de María, y reina en nosotros, en nuestras familias, parroquias y en el mundo entero!

En los Sagrados Corazones de Jesús y María,

Los bendigo +

Padre Mario Ávila Vivero, IVE.



[1] Francisco, Homilía durante la Santa Misa en la capilla de la Casa Santa Marta, 4 de marzo 2014.

[2] Aparición del 13 de Julio de 1917, en SOR LUCÍA, «Memoria IV».

[3] Francisco, Homilía durante la Santa Misa en la capilla de la Casa Santa Marta, 21 de abril 2015.

[4] Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 2473.

[5] San Juan Pablo II, Carta encíclica Veritatis Splendor (6 de agosto de 1993) 93-94.

[6] Cf. Catena Aurea: Mt 24,9-14.

[7] San Luis María Grignion de Montfort, Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen, n.13.

[8] Aparición del 13 de Julio de 1917, en SOR LUCÍA, «Memoria IV».

[9] Carlos Miguel Buela, FÁTIMA ¡…Y EL SOL BAILÓ …!, p.10.

[10] Carlos Miguel Buela, FÁTIMA ¡…Y EL SOL BAILÓ …!, p.391.

[11] Francisco, Homilía durante la Santa Misa en la capilla de la Casa Santa Marta, 19 de noviembre 2015.

[12] Aparición del 13 de Octubre de 1917, en SOR LUCÍA, «Memoria II».

[13] Aparición del 13 de Julio de 1917, en SOR LUCÍA, «Memoria IV».

[14] Aparición del 19 de Agosto de 1917, en SOR LUCÍA, «Memoria II».

[15] Carlos Miguel Buela, FÁTIMA ¡…Y EL SOL BAILÓ …!, p.392.

[16] San Luis María Grignion de Montfort, Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen, n.146.

[17] San Luis María Grignion de Montfort, Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen, n.149.

[18] San Luis María Grignion de Montfort, El Secreto de María, n.59.

[19] Prefacio de la Santa Misa de N.S. Jesucristo Rey del Universo.

[20] San Luis María Grignion de Montfort, Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen, n.118.

[21] Benedicto XVI, Exhortación Apostólica «Sacramentum Caritatis», (22 de febrero de 2007) n.85.

[22] San Luis María Grignion de Montfort, El Secreto de María, n.44.

No hay comentarios:

Publicar un comentario