“Acepto
por Cristo la vida más triste que existe en la tierra,
La vida más dura, más pobre y
oscura, la vida más perra.
La vida que dijo que le daba
lástima San Juan de la Cruz,
A la que la misma Teresa confiesa
no le encuentra luz.
Acepto la vida que es lucha
perdida, continua derrota,
El terrible ayuno sin premio
ninguno, muerte gota a gota.
Renuncio a las bodas con Julia y
a todas las compensaciones,
Todos los resortes del vivir, los
nortes, sostenes y horcones.
Acepto este plomo tremendo en el
lomo y la estepa yerma
Sin oasis, como la célula enferma
de una época enferma…”
(Estos versitos halló el policía Edmundo Florio en el mameluco del
cadáver hecho albóndiga que se encontró entre los restos del Sute; por lo cual
se atribuyen al Cura Loco. Y cualquiera que los considere, podrá decir si ese
hombre era loco o no).
“Su
Majestad Dulcinea”, Padre Leonardo Castellani.
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