misionesIVE agosto 10, 2015 Argentina
“Heme aquí Señor. Me consagro enteramente a Ti y estoy pronta a seguir tu voluntad, a sacrificarme por Ti y por los que sufren…; yo te escucharé y te seguiré, me sacrificaré de todo corazón por Ti y por tus hijos, porque quiero ser tu servidora y cumplir tu voluntad”.
Beata Ma. de Jesús Crucificado Petkovic
Tomando como patrona de nuestra comunidad a la Beata Ma. de Jesús Crucificado Petkovic, el día miércoles 1° de julio, con la celebración de la Santa Misa, presidida por el Obispo Auxiliar Mons. Baisi, hemos dado por comenzada una nueva misión en la ciudad de La Plata. Las hermanas Maria de Pucaraní y Maria del Vía Crucis, junto con la Madre Maria Fons Vitae como superiora.
Días previos a la fundación, durante los trabajos para acondicionar el departamento destinado a las hermanas, ya se iniciaba a “palpitar” la labor apostólica que Dios nos encomendaría. Se escuchaba el eco de pequeños pasitos juguetones que iban y venían sobre el crujiente piso de madera por encima de nuestro techo; y a lo lejos el llanto de bebés y las vocecitas de los niños que viven en la “Ex Casa Cuna”.
El Hospital Pediátrico “Dr. Noel Sbarra”, se fundó en el año 1938, como una casa para acoger bebés abandonados. La presencia de las religiosas estuvo desde la fundación, las hermanas del Instituto de la Sagrada Familia de Nazareth se ocupaban no sólo de la asistencia espiritual de quienes viven y trabajan en el hospital, sino también de muchas otras labores materiales. Por la acogida que hemos tenido, se nota la caridad y dedicación que estas religiosas han tenido aquí.
Actualmente, el hospital conserva su función de “Casa Cuna”, pero desde hace varios años está en vías de cambio, transformándose en hospital pediátrico. Tal es así que en el mismo viven bebés y niños hasta los 3 años, que por diferentes circunstancias no pueden estar con sus familias o han sido abandonados, algunos de ellos discapacitados; pero a su vez, se desarrolla la atención médica de los niños de la ciudad (consultorios externos, internación, vacunatorio, etc.).
Nuestro apostolado principal es la asistencia espiritual de los niños que viven o vienen a atenderse, de sus familias y del personal del hospital. También ayudaremos en lo que se necesite como por ejemplo dar de comer a los niños, cambiarlos, jugar con ellos, etc. Dios ha querido en su Providencia, que la presencia de sus esposas se siga manteniendo en este lugar público, para que el dolor de los niños sea consolado y unido a la cruz del Inocentísimo Jesús, y de esta manera sea fecundo para toda su Iglesia dentro del misterio de la comunión de los santos.
Quisiera terminar contando una anécdota que viví antes de la fundación. Estaba yo dando clases de catecismo a niños de 3er. grado, cuando hacia el final, les pido que rezaran por la nueva misión que Dios me pedía en el hospital “Casa Cuna”, lugar donde pronto iría a vivir. En ese momento, veo que uno de los chicos levanta su mano y dice “Yo viví ahí”. Ante mi sorpresa, pues dudaba si había entendido bien, la maestra se me acerca y me dice que, efectivamente, ese niño había sido adoptado y él mismo había pedido ir a agradecerle al juez el haberle dado una familia. A la semana siguiente, la hermana que fue a reemplazarme en la clase, me cuenta que el mismo niño había pedido en la oración, para que todos los niños de Casa Cuna tengan una familia.
Dios en su misericordia y providencia no desampara a sus hijos, menos a los más pequeños. Que el Buen Padre bendiga con abundantes frutos esta nueva misión para que, a través de nuestro humilde trabajo, se haga presente la verdad de que “aunque tu madre te abandonara, yo no te abandonaré”.
M. María Fons Vitae
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