Es propio del carisma del Instituto del Verbo Encarnado, dedicarle un tiempo a la eutrapelia o a la recreación, reposo del alma.
En sus casas de formación, siempre hay un grupo de seminaristas que tiene por patrono al gran apóstol de la alegría, San Felipe Neri, encargado de animar las fiestas con obras cómicas y cantos.
Dice el Padre fundador:
"La formación no sólo debe ser ortodoxa en la doctrina, eso solo no basta; debe ser integral: se deben formar seminaristas que practiquen deportes; que trabajen; se debe practicar y fomentar la eutrapelia, es decir, que sean hombres normales, que tengan claro el verdadero sentido de la fiesta, que sean alegres".
"De la resurrección del Señor surge un elemento que debe ser esencial en nuestra vida: la alegría que, en nuestro caso, debe manifestarse de manera especial, en la celebración de Día del Señor, el Domingo; en el sentido de la fiesta; y en la recreación, que nosotros llamamos eutrapelia".
"El alma a semejanza del cuerpo, se fatiga, y debe reposar. El reposo del alma es la delectación. De aquí que sea necesario procurar este reposo del alma, mediante los juegos y las fiestas, cuya moderación pertenece a la virtud de la eutrapelia, practicada en los momentos de recreación".
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