miércoles, 6 de febrero de 2013

Una Copia de Cristo


Imitar a Cristo

En una calle de Paraná, en la calle Enrique Carbó al 500, leí el siguiente grafito: «Nacemos originales, morimos siendo copias», que expresa crudamente la realidad de muchos de nuestros contemporáneos, quienes por la actual cultura masificadora y globalizada terminan pensando, sintiendo, consumiendo, sufriendo y desesperándose igual unos y otros, como clones. Y que suena como un lacerante grito.

El cristiano y, por doble título, el sacerdote, debe ser «otro Cristo»,«una copia de Cristo».Y ello por doble razón: una, por la ontológica configuración con Cristo realizada por la gracia crística y cristificante, tanto del sacramento del Bautismo cuanto por el sacramento del Orden; y la otra, por la moral configuración con Cristo por la imitación de las virtudes y sentimientos que tuvo Él. Esta «copia de Cristo» no solamente no quita nada a la originalidad irrepetible de cada hombre y mujer, sino que potencia esa originalidad y es su mejor defensa, ya que lo sobrenatural supone lo natural; no destruye lo natural sino que lo sana, eleva, dignifica, ennoblece y perfecciona. Además es un imposible, metafísico y teológico, ser un clon de Cristo, ya que en Él y sólo en Él se da la novedad única e irrepetible, de estar su naturaleza humana unida hipostáticamente a la persona del Verbo. Sólo Él es Hijo por naturaleza, nosotros lo somos por adopción, en plenitud de libertad y de originalidad.

Esto no ocurre con quienes, a sabiendas, no quieren imitar al Señor y por buscarse a sí mismos, de manera desordenada, terminan siendo copias unos de otros como dibujados bajo papel carbónico. Las mismas angustias, los mismos vacíos porque siguieron vaciedades y se quedaron vacíos (Jr 2,5) –como hemos visto en la ideología progresista tanto de línea liberal cuanto marxista–, las mismas soledades en medio de multitudes, el mismo aburrimiento infinito del zapping, la misma pérdida de grandes ideales, los mismos gustos impuestos por la propaganda, diciendo los mismos clichés que imponen los medios, la inteligencia narcotizada del pensamiento único manipulada hasta por la forma de elegir los titulares de los medios en un mundo que quieren hacer a imagen y semejanza de los dadores de sentido. Se transforman en insoportables facsímiles.

Página Oficial del Verbo Encarnado en Argentina. 

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