Salida a la montaña del Clud Andino Frassati
Decía Pier Giorgio: “Estas ascensiones alpinas, tienen en sí mismas una extraña magia que, aunque se repitan muchas veces, y en algunas ocasiones se asemejan, nunca son las mismas. Es lo mismo que sucede con el eterno acontecimiento de la primavera, nunca nos aburre. Es más, cada año llena nuestro ánimo de una inefable alegría y satisfacción”. Pues de cierto modo, esta vez pudimos experimentar con mayor claridad estas palabras de nuestro patrono. Pero ciertamente, cada cerro tiene su encanto propio. Allí fue a donde nos dimos cuenta del avance que el CAF ha ido teniendo en estos pocos años, ya que desde la cumbre nuestro panorama se abría desde el cerro Leñas (una de las primeras salidas), hasta el Cerro Peteroa (salida anterior a la actual, que se hizo por segunda vez).
Esta vez anduvimos por Valle Hermoso, Malargüe. El nombre del cerro es Torrecillas, de 3.900 msnm, un grupo de diecisiete jóvenes, de los cuales cinco eran invitados. Fue una salida muy linda, donde siempre se mantuvo el espíritu de alegría, compañerismo, a pesar de las dificultades con los acarreos.
Todo comenzó en la Parroquia San Maximiliano Kolbe, con la Misa dominical de la mañana, de donde partimos al medio día, luego de viajar almorzamos en el Sosneado, seguimos rumbo pasando por el Pozo de las Ánimas, mirador de Valle Hermoso (donde se vio el lugar conveniente para escalar el día siguiente), hasta que por fin nos instalamos junto a la laguna. Aprovechamos para armar campamento y recorrer el lugar.
Al día siguiente la levantada fue a las 4:00 am para desarmar campamento y prepararnos para salir. Llegamos al lugar donde comenzamos el ascenso a las 7:20 am, junto al Cerro Entre Ríos. Al principio la caminata fue llevadera, pero a medida que nos acercábamos a la meta, el sacrificio era aún mayor, y los acarreos más peligrosos: “Ser montañero es sentir la montaña de una manera muy especial y amarla de veras, poniéndola por encima de muchas cosas. Es saber aceptar con gusto los sacrificios que comporta el esfuerzo de una ascensión y estar dispuestos a entregarse, sin buscar recompensa, a los compañeros…” (Beato Juan Pablo II)
En el camino hacia la cumbre, encontramos una glaciar junto al filo. Las torres del cerro son accesibles sólo escalando en roca, pero nosotros llegamos al sector de la “falsa cumbre” señalizado por pircas a las 14:00 hs.“Es preciso volver a educar en el amor a la montaña… por la poesía que Dios ha escrito en la belleza de sus cimas… por la facilidad de conservar, viviendo en ella, la pureza de la Fe y de las costumbres”. (Pío XII)
Luego de la foto grupal, pudimos almorzar y descansar en el lugar con reparo porque el viento era fuerte. Después de esto comenzamos el descenso, por el mismo lugar y con la misma dificultad, a las 15:00 hs, llegando al lugar de los vehículos a las 18:40, donde merendamos y nos dirigimos al Sosneado para tener en una capilla vieja, la Santa Misa en vísperas de la Anunciación de María.
Decía Lucía Frassati: …“Su amor por la montaña era una signo de voluntad: Voluntad de ascensión espiritual, de dominio de sí mismo; Pier Giorgio nunca se quejó de hambre, ni de sed, ni de cansancio. Se vislumbraba en él a un joven alpinista que había aprendido la lección materna de imponerse frente a todo lo que pudiera parecer debilidad o rendición”.
Que el mismo espíritu de nuestro Joven Patrono nos acompañe siempre en cada salida, para que tengamos el mismo deseo de entrega y sacrificio, y que junto a él podamos decir:
¡VERSO L’ALTO!
María Eugenia Santander y María Florencia Muñoz Iturrieta
Miembros del Club Andino Frassati
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