viernes, 24 de junio de 2016

Solemnidad del nacimiento de san Juan Bautista

Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo.
Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella.
Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: No; se ha de llamar Juan.
Le decían: No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre.
Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. El pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Y todos quedaron admirados (Lc 1,57-63).

Solemnidad de la Natividad de san Juan Bautista, Precursor del Señor, que estando aún en el seno materno, al quedar éste lleno del Espíritu Santo, exultó de gozo por la próxima llegada de la salvación del género humano. Su nacimiento profetizó la Navidad de Cristo el Señor, y brilló con tal esplendor de gracia, que el mismo Jesucristo dijo que no hubo entre los nacidos de mujer nadie tan grande como Juan el Bautista.

La Iglesia celebra el nacimiento de Juan como algo sagrado y él es el único de los santos cuyo nacimiento se festeja; celebramos el nacimiento de Juan y el de Cristo. Ello no deja de tener su significado, y, si nuestras explicaciones no alcanzaran a estar a la altura de misterio tan elevado, no hemos de perdonar esfuerzo para profundizarlo, y sacar provecho de él.

Juan nace de una anciana estéril; Cristo, de una joven virgen. El futuro padre de Juan – Zacarías- no cree el anuncio de su nacimiento y se queda mudo; la Virgen cree el del nacimiento de Cristo y lo concibe por la fe. Esto es, en resumen, lo que intentaremos penetrar y analizar; y, si el poco tiempo y las pocas facultades de que disponemos no nos permiten llegar hasta las profundidades de este misterio tan grande, mejor os adoctrinará aquel que habla en vuestro interior, aun en ausencia nuestra, aquel que es el objeto de vuestros piadosos pensamientos, aquel que habéis recibido en vuestro corazón y del cual habéis sido hechos templo.

Juan viene a ser como la línea divisoria entre los dos Testamentos, el antiguo y el nuevo. Así lo atestigua el mismo Señor, cuando dice: La ley y los profetas llegaron hasta Juan. Por tanto, él es como la personificación de lo antiguo y el anuncio de lo nuevo. Porque personifica lo antiguo, nace de padres ancianos; porque personifica lo nuevo, es declarado profeta en el seno de su madre. Aún no ha nacido y, al venir la Virgen María, salta de gozo en las entrañas de su madre. Con ello queda ya señalada su misión, aun antes de nacer; queda demostrado de quién es precursor, antes de que él lo vea. Estas cosas pertenecen al orden de lo divino y sobrepasan la capacidad de la humana pequeñez.

Finalmente, nace, se le impone el nombre, queda expedita la lengua de su padre. Estos acontecimientos hay que entenderlos con toda la fuerza de su significado.

Zacarías calla y pierde el habla hasta que nace Juan, el precursor del Señor, y abre su boca. Este silencio de Zacarías significaba que, antes de la predicación de Cristo, el sentido de las profecías estaba en cierto modo latente, oculto, encerrado. Con el advenimiento de aquel a quien se referían estas profecías, todo se hace claro. El hecho de que en el nacimiento de Juan se abre la boca de Zacarías tiene el mismo significado que el rasgarse el velo al morir Cristo en la cruz. Si Juan se hubiera anunciado a sí mismo, la boca de Zacarías habría continuado muda. Si se desata su lengua es porque ha nacido aquel que es la voz; en efecto, cuando Juan cumplía ya su misión de anunciar al Señor, le dijeron: ¿Tú quién eres? Y él respondió: Yo soy la voz que grita en el desierto. Juan era la voz; pero el Señor era la Palabra que en el principio ya existía. Juan era una voz pasajera, Cristo la palabra eterna desde el principio. (De los sermones de san Agustín, obispo)

martes, 14 de junio de 2016

¡Que se mueran de envidia!

Ushetu, Tanzania, domingo 29 de mayo de 2016.
Día del Cuerpo y Sangre del nuestro Señor Jesucristo.

Hemos terminado un fin de semana de la Eucaristía, y si por una parte no tendrá mucha diferencia la celebración con otros lugares, por otra cada lugar le da un tinte especial a su fiesta del Corpus. Aquí en la misión ha sido muy especial para mí, como lo fue el año pasado. Será que siempre fue una fiesta que me impresionó mucho por su solemnidad, y entonces verlo por estos lados, y poder enseñarlo me parece algo increíble.
Desde niño recuerdo que nos llevaba mi madre a las procesiones, y me impresionaba ver a todos los sacerdotes revestidos, ver los altares tan adornados… pero sobre todo me impresionaba ver a toda la gente arrodillada en medio de la calle. Esas calles que de ordinario estaban llenas de autos, y gente que miraba a un lado y otro para cruzar, y ahora estaba ocupada por una multitud, de rodillas, y un silencio muy solemne. Siendo niño era algo que me conmovía mucho, me hacía ver que allí, en la hostia había algo… y ése algo, como me lo explicaron desde que tuve uso de razón, era Jesús mismo. Gracias a mi familia que me trasmitió esta fe, especialmente mi abuela materna y tías abuelas, y mi madre particularmente.
Ahora me toca a mí mismo llevar a Cristo Eucaristía, por las calles de mi parroquia, pero no sólo las calles, sino hasta los pequeños senderos en medio de campos cosechados. Una multitud de niños por adelante en dos filas, una multitud de adultos atrás. Y si reflexiono que esto es en una lejana parroquia de Tanzania, ya no tengo calificativos para expresar mi asombro. 
Hemos celebrado el Corpus Christi en dos centros, en Nyamilangano y en Ibelansuha. En cada uno se reunieron todas las aldeas del centro, y por eso hubo más gente de lo común. Ellos mismos preparan toda la fiesta, y se ponen muy contentos de reunirse todos, de verse y sentirse parte de un cuerpo más grande. Preparan una gran fiesta, desde la liturgia, con los coros, los cantos, los adornos, los altares… y hasta la comida, que todos reciben antes de regresar a sus aldeas. Una fiesta grande, comida espiritual y corporal.
Pero quiero contarles brevemente de ambas procesiones, y alguna pequeña reflexión para ambas. En la primera, en Nyamilangano, fue todo preparado con mucho cuidado, y antelación. Ya están acostumbrados porque piden esta ceremonia todos los años, y van rotando en el centro una aldea distinta cada año. Esta vez para poder mejorar algunas cosas de la liturgia, les pedí que tuviéramos una reunión entre semana antes de la fiesta. Ellos siempre arreglan todo lo de la comida, y cada aldea aporta su parte. Pero en la parte litúrgica necesitan mi guía. Allí fui, les dije de los altares, de la ceremonia misma, del orden de la procesión, del respeto que hay que tener… etc. Luego salimos con los catequistas a hacer el recorrido y ver donde irían los altares, eligiendo casas de católicos para esto. Les cuento que desde hace más de cuatro años las procesiones eucarísticas fueron mejorando, porque al principio iban cantando, saltando y gritando alrededor del Santísimo, en una especie de descontrol… como si fueran simpatizantes de un equipo de fútbol. Cada año se les decía, y han ido mejorando… y puedo decir que en esa aldea, la procesión del sábado fue un verdadero ejemplo.
Hoy domingo la procesión ha sido en la iglesia parroquial. Como todos los años tienen esta celebración, ya están más acostumbrados. Sin embargo esta vez la novedad fue que organizaron que sea una fiesta para todas las aldeas cercanas. Y prepararon comida para todos, especialmente los que tienen que venir de lejos y regresar. Invitaron a todos los coros de este centro, y habían cerca de cuarenta coristas.
Pero les cuento algo que me recuerda que el año pasado cuando les relataba sobre esto mismo, es decir la fiesta del Corpus, se me había venido a la cabeza. Es decir que siempre pasa algo, algo que me hace ver que el enemigo está muy enojado con esto. Y este año otra vez, se repite, lo cual va confirmando esta idea, me parece. Por un lado, en la procesión en Nyamilangano, todo iba perfecto, todo en gran orden y con gran participación y alegría en la gente. Cuando estábamos en la primer bendición, en el primer altar fuera de la iglesia, en la puerta de la casa de unos cristianos… en el rezo de las letanías se empieza a escuchar un tumulto entre la gente grande, luego ya fueron corridas y gritos. Estando frente al Santísimo no quise mostrar tanta importancia, pensando que podía ser como el año anterior, del caso de la joven que se hizo ver queriendo simular estar poseída o algo así. Sin embargo empecé a oír que decían: “Nyoka, nyoka!!”, es decir “¡Vívora, víbora!” Ya está, pensé yo, otra vez molestando. Gracias a Dios, no pasó nada, la víbora se fue… y todo siguió su curso.
Lo peor fue esa noche… y perdón que lo cuente así, pero realmente todavía estoy un poco impresionado. Cuando a la noche terminé de rezar las oraciones, ya casi durmiéndome, dejé prendida una pequeña luz solar en mi escritorio y salí para ir al baño. Cuando regreso, en medio de la penumbra alcanzo a ver algo en la puerta de mi cuarto. Me pareció extraño, no había nada antes, me temo que pueda ser algún animal, y voy a prender la luz del comedor. Mi sorpresa fue ver una víbora no muy grande… sí lo suficiente para que me pegue un susto bárbaro. Me impresionó el color, que no había visto nunca, y según mis pocos conocimientos, cuando tienen colores llamativos, suelen ser más ponzoñosas. Estando sólo en la casa, no podía dejar al animal allí para ir a buscar algún palo largo, o azadón, o machete al taller. Tenía miedo que se esconda en alguna parte. 
Lo único que se me ocurrió era usar el cuchillo de la cocina. Mi cuidado era que no me alcanzara la mano… pero bueno, el coraje no sé de dónde salió, y le propiné un corte cuando se decidía a entrar a mi cuarto. Luego de eso ya fue más fácil terminar la faena. Después me costó dormirme, a pesar del cansancio, tuve que revisar todo mi cuarto de nuevo, por arriba y por abajo, en la cama y todas partes. Ahora mismo que les escribo pongo mis pies en alto en la madera de la silla, y cierro la puerta de la habitación. Bueno, pero el sueño vino como una bendición. Tomé algunas fotografías del reptil para poder mostrarla a la gente de aquí, a ver qué me decían. Todos se quedaban muy sorprendidos… una clase de víbora que no es común, aunque la lograron definir como “Mamba” en swahili, e “Ibambahiri” en sukuma. Me dijeron que es muy venenosa. Pero todos se sorprendían mucho, de que estuviera dentro de la casa, que estuviera en la puerta de mi cuarto. A medida que mostraba la foto me daba cuenta más que lo sucedido no era algo común tampoco para ellos. Hoy he dado gracias a Dios todo el día de que no pasó nada. Pero también, me admiro que sea justamente en la víspera de esta fiesta… otra vez una señal recordándonos que “nosotros siempre estamos aquí” y que “donde vayas a hacer bien ahí también estaremos nosotros para evitarlo lo más posible”. Lamentablemente también como parte de la historia de hoy debo contarles que una señora mayor que venía para participar de la Misa y la procesión, que es miembro de la Legión de María, llegaba temprano a la iglesia, y un motociclista la atropelló, produciéndole una fractura expuesta en la pierna. Gracias a Dios ya está en la ciudad de Kahama y esperemos que pueda recuperarse bien y pronto. El motociclista estaba aprendiendo a manejar, en una moto prestada, y viajaba a gran velocidad. Una pena para todos, y hemos rezado por ella.
Revisando los textos de San Clemente Marchisio se su famosa obra, “la Eucaristía combatida por el satanismo”, he recordado que está escrito: “Por la envidia del demonio entró la muerte en el mundo” (Rom 5,12). Siempre es por envidia, y ¡cómo no se va a morir de envidia al ver todo el bien que se está haciendo! Para nosotros, dice San Pablo, la lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los príncipes, contra los gobernantes del mundo de las tinieblas, los espíritus malignos que habitan en la atmósfera (Ef. 6,10-12). Dice San Clemente: El Hombre-Dios, el Verbo Encarnado, Jesucristo Nuestro Señor habita ahora en el Cielo y en la Santísima Eucaristía. El odio satánico que se dirige esencial e inmutablemente contra el Hombre-Dios no puede más que continuar la lucha ya emprendida en el Cielo. Y tanto más contra Jesús Sacramentado, que vive y reina en ésta tierra, de la que los ángeles rebeldes son príncipes: «el príncipe de este mundo» (Jn 6,60), y en la que tan poderosos son: «las Potestades... de este mundo tenebroso» (Ef. 6,12).
Hoy todo ha terminado con una gran fiesta, la gente muy contenta, y me imagino que el mismo Cristo también, al ver tantas almas en acto de adoración. Luego de toda esta fiesta, seguimos en el oratorio con los niños en medio de juegos y alegría, especial por el día que hemos celebrado. No puedo dejar de agradecer a Dios por tener esta posibilidad como misionero. No dejo de pedir la protección poderosa de María para esta lucha, y la gracia de perseverar en este trabajo tan grandioso de enseñar a tantas almas a recibir los sacramentos, y especialmente a adorar la Eucaristía y participar de la Santa Misa. Y ¡que los demonios se mueran de envidia!
¡Firmes en la brecha!
P. Diego Cano, IVE.

“Nuestra debilidad”




El 19 de este marzo tuvimos la fiesta de San José, patrono de nuestra catedral. Fue una fiesta con todas las letras, la iglesia estuvo llena y había mucha alegría entre nuestros feligreses.

Tuvo para nosotros, sin embargo, una nota de tristeza, porque fue la última Misa con nosotros de Maher, un joven de nuestra parroquia que dejó el país el domingo siguiente.

Maher (entre los sacerdotes) en su última misa en Irak



Maher partió con la esperanza de un futuro mejor, pero con el dolor de tener que dejar su patria. El viernes, en el Via Crucis, fue el encargado de llevar la cruz, y no pudo contener la emoción.

Sentimientos encontrados se hallan siempre en los que parten: por una parte la alegría de recibir la visa para irse (que han esperado por meses o incluso años), esperanza de poder seguir con su vida alejados de la locura del odio y la violencia que azotan este país. Por otra, tristeza de abandonar su tierra, sus amigos, su cultura, su lengua, toda una vida que forjaron con esfuerzo.

Esos mismos sentimientos tenemos los misioneros con cada uno que se va. Con la partida de cada cristiano la comunidad queda más débil, más pequeña. A la vez compartimos sus esperanzas de un futuro mejor.

Agradecemos a Maher y a cada uno de los que han partido por lo que han dado generosamente y les deseamos lo mejor. Rezamos a Dios que los proteja y los guíe para que puedan seguir siendo ejemplo donde se encuentren.

Y a nosotros estas situaciones nos mueven más a no poner nuestra confianza en los medios humanos sino solo en el poder de Dios.

San Pablo, después de haber pedido a Dios insistentemente que lo libre del aguijón en su carne, del ángel de Satanás que lo abofeteaba, recibió esta respuesta de Cristo: “Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza“.

Aprendida la lección insistía: “en cuanto a mí, solo me gloriaré en mis flaquezas“, “con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo“, “por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades, en las persecuciones, y las angustias sufridas por Cristo; pues, cuando soy débil, entonces es cuando soy fuerte“, “así también nosotros: somos débiles en él, pero viviremos por él por la fuerza de Dios“.

De esto, nuestra pequeña comunidad puede gloriarse, porque es débil, porque es pequeña, porque permite así que se manifieste la gloria y el poder de Dios. Porque es injuriada, necesitada, perseguida, y sufre angustias por Cristo. Porque lleva el tesoro del conocimiento de Cristo en “recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros“.

Y por eso podemos continuar aplicándole las palabras del Apóstol: “atribulados en todo, mas no aplastados, derribados, mas no aniquilados. Llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo“.

“Llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús“. ¡No hay gracia más grande que esta!

¡Que Dios los bendiga!

P. Luis Montes, IVE


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miércoles, 8 de junio de 2016

Ushetu, Tanzania, Vigilia de Pentecostés

Ushetu, Tanzania, 25 de mayo de 2016.


Este año decidimos hacer la Vigilia de Pentecostés por primera vez en nuestra misión. Muchas veces nos pasa que tenemos miles de planes, pero no damos a basto, no podemos. Son ideas buenísimas, nos recuerdan a nuestros tiempos de formación, pero acá en la misión hacemos lo que podemos, y el resto lo ponemos en manos de Dios. Algún día, de a poco, y a medida que seamos más misioneros, podremos ir concretando más apostolados. Sin embargo “pole-pole” (piano piano) las cosas se van dando.
Pensamos hacer una vigilia de Pentecostés como lo hemos visto en el Oratorio en Argentina tantas veces. Por eso mismo pedimos que nos enviaran el mismo texto para poder traducirlo. Esa era la primer dificultad. De todos modos nos esforzamos, y si bien debe tener muchos errores, lo logramos. Ya se lo podrá corregir mas adelante, para el próximo año será mejor. Lo importante es empezar, y hacer lo que se puede, y de la mejor manera que podemos… pero no ser perfeccionistas, porque sino no haríamos nada. Esta vez planificamos que la vigilia sería sin la Misa, simplemente una la celebración fuera de la iglesia, y luego una liturgia de la palabra, con alguna reflexión y algún testimonio adentro del templo. Pero ya hemos visto que será mejor el próximo año hacer la vigila con la Santa Misa, si podemos.
Nuevamente, como lo hicimos para la Pascua, nos dividimos el trabajo con el P. Víctor, y yo salí para hacer la Vigilia de Pentecostés en la aldea de Kangeme, y él se quedó aquí en el centro de la misión, que se llama Ibelansuha. Llegué temprano a Kangeme para poder confesar, ya que siempre el tiempo de confesiones cuando vamos los domingos es muy poco, casi nada, en comparación de la cantidad de gente que asiste a la iglesia. Confesé un buen rato… pero mi sorpresa vino cuando me dijeron que habían invitado a la gente para las 9:00 pm. Me pareció tardísimo, sobre todo en estos lugares donde a las 7:00 pm ya es de noche, y la gente tiene que caminar mucho para llegar a sus casas. Pero no me quedaba otra opción, por más que rebusqué en recursos, así había organizado el catequista. Yo ya renunciaba a tener un buen descanso esa noche, porque si se dice a las nueve, nunca empieza a la nueve. Y si la celebración dura una hora, de allí hasta el lugar donde iba a dormir, Ilomelo, hay un viaje de 10 kilómetros, y no se puede llegar y pasar a dormir así nomás, porque no se trata de un hotel, sino que siempre hay que tomarse un tiempito para saludar al líder y todo eso… Creo que estas cosas siempre piden una buena cuota de paciencia.

Los preparativos estuvieron a cargo de los misioneros laicos. Prepararon todo muy bien. Incluso habían insistido a un grupo de jóvenes del colegio secundario que estuvieran presentes para hacer ellos la parte del fuego y las antorchas que representan a la Virgen María y los apóstoles. De este grupo de jóvenes tengo que contarles al menos en dos palabras (nunca serán dos… menos en mi caso). En todos los colegios secundarios católicos y del estado de Tanzania existe un grupo que se llama TYCS (Tanzanian Youth Catholic Students). Tienen su hora de clases para reunirse como grupo católico, tener sus charlas o incluso hacer la celebración de la palabra. En el colegio secundario de Kangeme también están, pero hace mucho que no vamos a visitarlos. El P. Johntin ha ido un par de veces, hace mucho, hace más de dos años… yo todavía no he podido llegar. Pero ellos insistieron hasta que comenzaron a ir los misioneros laicos, y es increíble la respuesta que han dado, muy agradecidos, y con ganas de que vayamos muchas veces mas. Así que esa noche estuvieron, cantaron y bailaron junto con el coro… y hasta prepararon cantos y representación teatral para después de la Vigilia. Al día siguiente, luego de la Misa del domingo, me dieron un regalo de frutas, y un dinero que recolectaron, para pagarme el combustible así venía a verlos al colegio. Es impresionante. Y lo digo, porque son jóvenes, muchos, y están casi solos… aunque no puedo decir “solos” simplemente, porque me se presentaron en la fiesta de Pentecostés, es evidente que ante la ausencia de los misioneros, la obra del Espíritu Santo se manifiesta más claramente. Como escuchábamos en la segunda lectura de ese día: “Nadie puede decir: «¡Señor Jesús!», sino por el Espíritu Santo” (I Co 12,3).
Luego de que terminó la vigilia, me fui en la camioneta para ir dormir en la casa para sacerdote en Ilomelo, como lo hice en Pascua. El catequista Stanislaws vino para acompañarme para que no viaje solo tan tarde en la noche, así que él iba adelante en su motocicleta. Llegamos, y antes de ir a dormir me insistieron que les celebre misa al día siguiente. No estaba planeado. Yo iba a dormir nomás allí, y a la mañana tenía que llegar a Kangeme para confesar otro rato antes de la misa. A insistidores no les gana nadie. Me convencieron, diciendo que la gente llegaba muy temprano. Les creí… aunque me fui a dormir con ciertas dudas de a qué hora celebraría la Misa y a qué hora llegaría a Kangeme. Me fui a dormir a las 00:00, para levantarnos a las 6:00 am. Y mi sorpresa fue que al comenzar la misa a las 7:45 estaba la iglesia bastante llena, y al terminar el Gloria, ya estaba llena completamente. Y eso que no sabían que iba a haber Misa, sino que ellos iban como todos los domingos para la celebración de la palabra que hace el catequista. Se alegraron muchísimo cuando vieron que se celebraba la Santa Misa.
Finalmente salí corriendo, casi literalmente, para llegar a Kangeme. Yo había tomado mis buenos mates al levantarme, y eso me alcanzó para poder esperar el almuerzo hasta las dos de la tarde… “El desayuno de campeones” como nos bromeaba una voluntaria estadounidense al vernos tomar mate todo el tiempo. Llegué, y a pesar de la demora, confesiones. En Tanzania se dice que se puede llegar tarde, pero nunca suspender una actividad. Por eso, aunque se llegue tarde, lo que estaba planeado, se hace… así que: confesiones. Mucha gente en la iglesia, porque planificaron que sea fiesta del todo el centro que congrega seis aldeas.
Nuevamente vi en la iglesia a los jóvenes del TYCS de la vigilia. Me dio mucha alegría ver en el momento de la comunión las caras de muchos de los chicos que habían recibido la primera comunión en Pascua. Muchos de ellos de aldeas lejanas. Y estaban allí, comulgando de nuevo, con mucha piedad, con las manos juntas, como aquél día en que recibieron a Cristo Eucaristía por primera vez. Vi los rostros de la gente que se había acercado a la confesión el día anterior y esa mañana. Y a medida que daba la comunión, una gran consuelo invadió mi alma… y pensé en las palabras de la secuencia que acabábamos de cantar: “Fuente del mayor consuelo… descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas…”. Rezamos muchas veces: Espíritu Santo Consolador; sin embargo, nunca lo había experimentado tan vivamente. Consuelo en el trabajo misionero.
¡Firmes en la brecha!
P. Diego Cano, IVE




viernes, 3 de junio de 2016

Sagrado Corazón de Jesús

"He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y, en cambio, de la mayor parte de ellos no recibe más que ingratitud." 

"Hoy que sangras, Señor, por nueva herida,
yo, el peor de los hombres, lloro y rezo:
Señor, ¡es necesario tu regreso!
si bien nunca emprendiste la partida"...
Alfredo Buffano

DESDE LA CRUZ REDENTORA



DESDE LA CRUZ REDENTORA

Desde la cruz redentora,
el Señor nos dio el perdón,
y, para darnos su amor,
todo a la vez, sin medida,
abrió en su pecho una herida
y nos dio su corazón.

Santa cruz de Jesucristo,
abierta como dos brazos:
rumbo de Dios y regazo
en la senda del dolor,
brazos tendidos de amor
sosteniendo nuestros pasos.

Sólo al chocar en las piedras
el río canta al Creador;
del mismo modo el dolor,
como piedra de mi río,
saca del corazón mío
el mejor canto de amor. Amén.

Al Corazón de Jesús, herido por nuestro amor, venid, adorémosle.

Liturgia de las horas.