Este año, por el mal tiempo, se han perdido muchas cosechas, pero la caridad de nuestros amigos, no se ha perdido. Gracias a ellos, hacemos estos pequeños trabajos, mientras oramos para que las obras de bien sembradas por nuestros benefactores, les aproveche para la cosecha de la vida eterna.
Y..... a Ustedes: ¡no se pierdan este dulce de durazno, un auténtico producto monacal!









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